Barcelona (0) vs. Caja Laboral Baskonia (3).
El año pasado pudimos ver como el Barcelona se imponía al equipo que se había dominado la liga regular con una autoridad consistente, el Baskonia. Si bien fue una sorpresa, esta entraba dentro de los guiones posibles del desenlace de una liga ACB mucho mas ajustada que la de este 2009/2010. Y es que este año la autoridad de los catalanes solo se podía ver tímidamente enfrentada por un irregular Real Madrid y con un balance claramente blaugrana. El Barcelona se enseñoreaba de la Euroliga, de una manera tan incontestable que le ha hecho merecedor del calificativo de mejor equipo europeo, sin lugar a dudas.
Una vez eliminado el Madrid de Messina, el único que parecía poder ganarle algún partido, la película de los hechos se presentaba clara para el Barcelona. Todos, bueno casi todos a tenor de los resultados, pensábamos que a este equipo se le podía ganar un partido, pero que en una serie de cinco eran claramente intratables. Pero este año vimos como de nuevo se pulverizaban los pronósticos y las supuestas victimas se volvían matagigantes. El Baskonia, de mano de un viejo zorro como Ivanovic que conoce los entresijos del club catalán, llevo los tres partidos a su terreno no dejando que el brillante juego interior de Lorbeck y Vazquez anularan a un eficaz (como no) Splitter, que se sacrifico hasta la extenuación por su equipo una vez mas, ni que el gran exterior que es Navarro jugara con soltura. De hecho consiguieron incluso anular la brillantez de Ricky en la dirección del juego.
El Caja Laboral no hizo un baloncesto espectáculo, pero su juego de control, de estar siempre parando al contrario cuando parecía que se iba a ir en marcador y esperar a un final ajustado y agobiante bloqueando continuamente a las grandes figuras barcelonistas (que se lo digan a Navarro, asfixiado una y otra vez) dieron sus frutos y en los momentos de máxima tensión un jugador casi descartado al comienzo de temporada, al que algún listo en los foros de baloncesto llamaba paquete, se erigió como líder de su equipo y asumió la responsabilidad de llevar al Baskonia al triunfo en la segunda liga del mundo. Felicidades sobre todo a San Emeterio, jugador discreto y trabajador como tantos otros que no van de estrellas y salen de las canteras nacionales para hacer una labor callada y dura. Es el reverso de la medalla de las grandes estrellas, es el trabajo duro cotidiano y el espíritu de lucha de una mayoría de jugadores nacionales, muchas veces poco valorados pero que son el alma del baloncesto español y los que posibilitan que surjan genios como Ricky, Navarro o Pau. Va por ellos esta liga 2009/2010.
Y esto es todo por este curso, amigos.