26 de junio de 2011

La tarde más triste.

Una gran tristeza me embarga al escribir estas lineas. Mi equipo más querido, el que hace un año me hacia sentir orgulloso, la Selección Española de Baloncesto Femenina ha caído. Y no solo se pierde la oportunidad de lograr un puesto en el podio continental, también se apea del camino a la olimpiada de Londres.
Y duele sobre todo no por la derrota, si no por lo que representan estas mujeres: El coraje, el corazón, la lucha contra la incomprensión y la estrechez de miras de la sociedad. Compitiendo en pabellones medio vacíos, ninguneadas por los medios, en medio de tanto machismo de fondo, han derrochado la calidad y orgullo por sus colores que otros solo muestran a golpe de talonario y que ahora serán pagados, una vez mas, con la indiferencia e incluso la sorna. Si todo el deporte que no tiene un cierto fondo chulesco y fanfarrón (fútbol, motos, formula 1, fútbol americano o baloncesto NBA por ejemplo) esta condenado al ostracismo, el deporte femenino sufre esta circunstancia doblemente.

Ahora tenemos que tomar el trago mas amargo, como le tocó a los chicos el año pasado aunque con mayor trascendencia por el fiasco olímpico. Pero ese trago duro no debe de hacernos perder de vista lo grande que es este equipo, la enorme potencia que atesora, el increíble “fondo de armario” que suponen nuestras jugadoras veteranas y el futuro brillante de las jóvenes.

Esta claro que esta vez ha faltado algo, que las lesiones han desarmado al equipo con tres jugadoras, tres grandes jugadoras (Marta Xargay, Amaya y Sancho Little), que han llegado a jugar en muy malas condiciones y con un espíritu de sacrificio enorme. También la mala suerte en los resultados cruzados y cierta falta de forma física no se pueden descartar entre las causas de la derrota. Otro factor importante ha sido el “apagón” sufrido tanto por la que probablemente sea la jugadora mas inteligente que ha dado nuestro baloncesto (y no solo femenino), Ana Montañana, como por uno de los grandes talentos actuales y probablemente futuros del baloncesto mundial, Alba Torrens.
De todas formas no debemos olvidar que España llegó a estar mas de 10 puntos por arriba y que dominaba con soltura hasta el minuto 5 del último cuarto, pero como en el partido contra Francia, al final el equipo se vino abajo y de nada sirvieron los estupendas actuaciones de Elisa, Laia o Luci. Faltó la energía, el ansia de rematar al oponente cuando estaba contra las cuerdas.

Una música triste, pero abierta a la esperanza.



Ahora hay que ponerse a trabajar para el futuro europeo dentro de dos años, el próximo mundial y seguir pensando que tenemos equipo de futuro para seguir luchando en la élite del baloncesto femenino mundial durante bastante tiempo. Volveremos y sin duda seréis de nuevo nuestras heroínas. Para mi ahora también lo sois.