Rusia revalidó su papel hegemónico en el baloncesto femenino europeo una vez más. En una final en la que al poderío físico y técnico de las eslavas las turcas solo pudieron oponer un corazón enorme y muchas ganas, aquellas demostraron que su generación del 80 sigue sin ver el final a su mandato.
Emocionante a ratos, el partido fue claramente dominado por el equipo ruso sin Becky Hammon, que solo perdió en la estadística de robos de balón pero que dio un recital enorme tanto en rebote como en tiro.
Mención aparte merece Maria Stepanova, probablemente la mejor jugadora europea actualmente en mi opinión, y que se impuso sin piedad en la zona. ¿Será capaz en las próximas olimpiadas de frenar a estadounidenses y australianas? Esta claro que en Europa parece no tener rival.
Por último remarcar la pena que da que el esquipo español perdiera comba, pues no son peores que las turcas y de hecho estos dos equipo perdieron el mismo numero de partidos que el español.
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