21 de septiembre de 2011

Imperial Navarro.

No solo es el MVP del europeo, es la esencia del baloncesto español, es el genio, la inteligencia sobreponiéndose a todo. Sin un físico espectacular, sin entrar en ningún circo mediático, sin ir de estrella por la vida, solo con su talento y trabajando duro, Juan Carlos Navarro ha mostrado al mundo lo que ya sabíamos: Es el mejor jugador europeo del momento. Forma parte de ese Olimpo de jugadores (Kobe, Papaloukas, Jasikevicius,....) capaz de desequilibrar cualquier partido no con su físico, si no con su inteligencia y tenacidad. Si en la primera fase su anotación estuvo limitada por los férreos marcajes el, como siempre, aporto en defensa, organización y asistencia demostrando que además de anotador es un hombre de equipo cuando hace falta. Oficial y caballero , como se titulaba la añeja película.

Muchas veces se ha identificado, no sin una buena parte de acierto, al equipo español con Pau pero para mi la verdadera alma del juego español reside en el juego de Juan Carlos. Es el juego de Corbalan, de Epi, de Amaya, en fin de tantos jugadores que llevan su juego mas allá de lo que su físico podría hacer pensar que llegarían, es el triunfo de la mente sobre el cuerpo.

España como equipo ha hecho un tramo final impecable, con victorias solventes frente a Eslovenia y Macedonia, equipo que ha demostrado hasta donde se puede llegar con un corazón y un pundonor enormes aunque los recursos sean los justos. Y con una demostración final ante una Francia que se creía capaz de todo, que se veían casi como favoritos y a la que el espectacular juego del combinado español ha devuelto a la realidad: España es hoy por hoy y jugando así un equipo prácticamente imbatible excepto para EEUU.

Solo falta conseguir que se involucre a todos los jugadores en las rotaciones, pues calidad tienen los que se quedan en el banquillo e incluso pueden aportar cosas distintas y necesarias. En cualquier caso hasta estos jugadores con menos minutos, que probablemente serian titulares en cualquier otro equipo, han sabido asumir su rol y aportar cuando han salido. Supongo que es muy difícil gestionar una plantilla en la que los 12 jugadores son excepcionales, cuando en un equipo normal se ciñe a 8 o 9 titulares.



Algo desfasado, pero refleja el espíritu....

¡Que ansia de que lleguen los Juegos Olímpicos!

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