Persecución implacable.

LCM 09/10: CB Santomera (68) vs. CB San José de La Vega (72).

Ajustado marcador, fiel reflejo de lo visto en la pista. Y es que este equipo de Santomera no carece de calidad y se ha mostrado como un rival al que hay que respetar, si no se quiere tener alguna sorpresa desagradable como la que se rozó este sábado.

Y es que, con el frío en los huesos, nuestros chicos salieron encogidos y poco acertados en el tiro, lo que llevo a un primer parcial de 8 puntos en contra y varias faltas para los nuestros. Una charla de Cristian despertó un poco a los jugadores que se pusieron las pilas en ataque, remontando con no poco sufrimiento el marcador aunque sin la fluidez necesaria para abrir brecha. El lado negativo era una defensa que dejaba muchos huecos para tiros exteriores cómodos, incluidos varios triples, que desemboco en una ventaja substanciosa de los locales al final del cuarto (8 puntos).
El segundo cuarto vio una mejora de la defensa, tanto en el perímetro como sobre Mika (5 local), que protagonizaba una y otra vez los ataques santomeranos. Pagán, como es habitual, hizo un trabajo sacrificado sobre dicho jugador premiado con alguna falta por unos colegiados que comenzaban a dar muestras de su falta de criterio. En este cuarto mediante nuestro habitual juego de ataque, centrado en dos o tres jugadores, y el sacrificio en defensa se consiguió llegar al descanso virtualmente empatados: 33 a 32.

La segunda mitad se abría como un partido nuevo, en el cual nuestros chicos llegaron mas enteros físicamente y pudieron penetrar el aro contrario con mas fluidez, adelantándose en el marcador al final del cuarto por 6 puntos, a pesar de que el pésimo arbitraje (con errores de todo tipo) evitara el despegue de los visitantes.
El ultimo periodo siguió la tónica anterior, ganado mas y mas protagonismo unos errores arbitrales que cuesta creer fuesen fortuitos. Desde faltas inexistentes a pitar un fuera a 25 centímetros de la linea, cabe casi de todo. Así llegamos al minuto final con 7 puntos de ventaja y a partir de aquí, como pasa en muchos partidos, nuestro equipo tuvo que revalidar su victoria una y otra vez desde la linea de tiros libres. El desacierto en la misma de los de amarillo y un resurgir del tiro exterior local, redujo la diferencia hasta los 4 puntos del final.

Dentro de la debacle arbitral, mención especial merece la autentica persecución a la que fue sometido Juan Carlos por uno de los colegiados, hasta que consiguió expulsar al jugador mediante faltas como mínimo dudosas. Desgraciadamente no es la primera vez que vemos esta actitud de perseguir a un jugador hasta la eliminación, sin que podamos discernir mas origen que las manías personales. En fin, nunca se reclama lo suficiente la necesidad de formación humana y técnica de los árbitros, ya que los errores son prácticamente inevitables y el baloncesto admitimos que es muy difícil de arbitrar, pero tal cumulo de desaciertos no debería ser ni normal ni admisible.

Por otra parte han quedado en evidencia una vez mas nuestras carencias: Los pocos jugadores que aportan puntos en ataque, la escasa rotación del banquillo y la falta de dominio de técnicas muy básicas a nivel personal, con unos porcentajes de tiro libre escandalosamente flojos, por poner un ejemplo.

No obstante y en resumen una sufrida y meritoria victoria.